Dácil Suárez Salmerón está cursando este curso el Tramo III en el turno de mañana. Decide retomar sus estudios después de 20 años, ya que ahora está parada por la pandemia que estamos viviendo.
De pequeña era muy soñadora y apasionada por la música, el canto y el baile, en el que se fue formando desde muy temprana edad.
Un día, la perseverancia tuvo su premio y con 19 años, tras un casting artístico, trabaja directamente durante cuatro años en “La Guagua”, un programa de la Televisión Canaria con mucha audiencia. Estuvo otros cuatro años en distintos programas de Televisión Canaria: “Parrandeando”, “Quiero ser como Pepe”, “Nuestra gente” y otros. Estos ocho años supusieron un cambio en su vida ya que estuvo volcada en su faceta artística.
Cuando acabó esta experiencia, sin estudios y desorientada, volvió a trabajos convencionales pero, pasado un tiempo, su experiencia televisiva le permitió entrar en una marca de lujo de cosmética, en la que siguió hasta que la lo pandemia paró todo, compaginando este trabajo con conciertos y pequeñas actuaciones.
En 2013, con 33 años y tras otro casting, llega a la final y gana el programa de RTVE “Uno de los nuestros”, pero su baja audiencia no le dio a su carrera artística el empujón que necesitaba. No obstante, la misma cadena la contrató para estar ese año en la orquesta del programa “Mira quien baila”. Estas dos experiencias artísticas fueron maravillosas ya que enriquecieron su formación en este campo y pudo conocer gente fantástica.
Actualmente, aparte de cantar como solista, pertenece al grupo de música disco de los setenta Flash Funk, muy reconocido por el público y con el que lo pasa genial.
Era una alumna muy aplicada en Primaria y soñaba con estudiar una carrera, pero en Secundaria, tras repetir tres cursos, abandona los estudios y empieza a trabajar a los 17 años con un contrato firmado por su madre. Si no se quería estudiar había que trabajar. Hoy se arrepiente de esta decisión, pero cree que nunca es tarde para retomar la formación y por esto está en nuestro CEPA.
En su vida laboral ha tenido diversos trabajos generalmente sacrificados, con malos salarios y horarios complicados, pero ella siempre buscó tiempo para seguir formándose y alimentando su pasión por la música, el canto y el baile, hasta que su trabajo tuvo recompensa como se ha comentado.
La pandemia paró su mundo, como a muchas personas, la llevó al paro y a dejar de actuar como solista y en grupo. Así que decidió retomar sus estudios mirando hacia el futuro y decidida a recuperar lo que no hizo en su edad natural. Por eso, tras informarse, llegó al CEPA Las Palmas. Está muy motivada e ilusionada con sus estudios, se siente bien consigo misma y, por ello, piensa que en la vida nada es una casualidad.
Opina que lo mejor de todo es que en el CEPA Las Palmas ha conocido un equipo inmejorable, que no sólo hace bien su trabajo, sino que tiene siempre un trato muy humano, está para ayudarte en lo que necesites y hace que te sientas acogida y respetada como persona. Se siente afortunada y afirma que se hubiera matriculado mucho antes de haber sabido que el CEPA Las Palmas funcionaba tan bien; así como por sus nuevos compañeros de clase: divertidos, alocados, dispares, jóvenes, no tan jóvenes, extranjeros,… pero todos son absolutamente increíbles. Volver a estudiar no solo le ha traído nuevos conocimientos, sino también nuevas experiencias, nuevos amigos y compañeros y la ilusión por un nuevo futuro.
Para el profesorado Dácil es una excelente compañera dentro de los grupos en los que ha estado, a los que transmite su vitalidad, positividad, alegría y espíritu de trabajo ayudando con ello a su cohesión.